En el Día de la Reforma, recordamos este Afirmación de fe elaborada por Martín Lutero
Creo en Dios que me ha creado a mi y a todas las criaturas, que me ha dado y sostiene mi cuerpo con todos sus miembros y mi espíritu con todas sus facultades que me provee abundante y diariamente el alimento, vestido y habitación y todo lo necesario para la vida.
Que me ampara contra todo peligro y me protege y guarda de todo mal y todo esto lo hace sin ningún merito o dignidad de mi parte, por su pura bondad y su divina misericordia, esto es ciertamente la verdad.
Creo en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, es mi Señor. Me ha redimido, a mi, perdido y condenado, liberándome del pecado, de la muerte y del poder del maligno, no con oro o con plata, sino por su sangre y sus sufrimientos y por su muerte inocente, para que le pertenezca para siempre y viva una vida nueva como El mismo, que resucitado de entre los muertos, vive y reina eternamente. Esto es ciertamente la verdad.
Creo que el Espíritu Santo me llama por el Evangelio, me ilumina con sus dones y me santifica, que me mantiene en la verdadera fe, en la Iglesia que El congrega de día en día. Es El también quien perdona plenamente mis pecados, así como a todos los creyentes. Es El quien en el postrer día me resucitará de entre los muertos y me dará, con todos los fieles en Cristo, la vida Eterna. Esto es ciertamente la verdad.
Credo/afirmación de Fe que Martín Lutero escribiera a propósito del Catecismo Mayor
Creo en Dios que me ha creado a mi y a todas las criaturas, que me ha dado y sostiene mi cuerpo con todos sus miembros y mi espíritu con todas sus facultades que me provee abundante y diariamente el alimento, vestido y habitación y todo lo necesario para la vida.
Que me ampara contra todo peligro y me protege y guarda de todo mal y todo esto lo hace sin ningún merito o dignidad de mi parte, por su pura bondad y su divina misericordia, esto es ciertamente la verdad.
Creo en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, es mi Señor. Me ha redimido, a mi, perdido y condenado, liberándome del pecado, de la muerte y del poder del maligno, no con oro o con plata, sino por su sangre y sus sufrimientos y por su muerte inocente, para que le pertenezca para siempre y viva una vida nueva como El mismo, que resucitado de entre los muertos, vive y reina eternamente. Esto es ciertamente la verdad.
Creo que el Espíritu Santo me llama por el Evangelio, me ilumina con sus dones y me santifica, que me mantiene en la verdadera fe, en la Iglesia que El congrega de día en día. Es El también quien perdona plenamente mis pecados, así como a todos los creyentes. Es El quien en el postrer día me resucitará de entre los muertos y me dará, con todos los fieles en Cristo, la vida Eterna. Esto es ciertamente la verdad.
Credo/afirmación de Fe que Martín Lutero escribiera a propósito del Catecismo Mayor
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